¿Hay diferentes maneras de vivir la muerte?
Hay muchas maneras de entender y acercarnos a la muerte, las creencias, la cultura, el entorno…nos influencian y tienen un papel importante en la manera de construir el pensamiento.
En nuestra sociedad han muchas personas que todavía les cuesta hablar de la muerte, hacerlo nos puede dar miedo o temor, podemos no hablar, silenciarla, esconder su existencia.
Pero en realidad la muerte es el final de un proceso de vida, la miramos con respeto y curiosidad y en todo caso lo peor de morir es no haber vivido.
Cuando tenemos cerca la muerte a menudo nos vienenlas ganas de vivir, de coger cualquier cosa y disfrutarla con mucha intensidad. Pero sabemos que no todo el mundo reacciona del mismo modo, hay personas que se movilizan, otras se aferran al último aliento, otras se quedan paralizadas , otras huyen de la realidad, otras esperan el momento,… Según nuestra reacción viviremos este momento de una manera u otra.
La muerte está presente desde la gestación, y puede surgir en cualquier momento de nuestra vida. ¿El azar juega un papel importante?. ¿Quizás el destino está marcado?
La doctora Elisabeth Kübler decía: «es importante que hagais lo que de verdad os importa, solo así podéis bendecir la vida cuando la muerte esté cerca.
Centrémonos en cómo será la huella que dejaremos en esta vida. Vivimos el presente, el aquí y el ahora, para andar con determinación, disfrutando del viaje, saboreando cada paso, cada experiencia, cada momento, sin miedo al final del viaje.
¿Porque hay tantas personas que tienen miedo en la muerte? La muerte la podemos vivir como una pared o como una puerta. No sabemos lo que hay después. Cuando ponemos resistencia en la muerte generamos sufrimiento, miedo, es importante saberla afrontar, aceptar, gestionar.
Cada religión, país, cultura, persona… tiene sus rituales de la muerte. Estas ceremonias su necesarias para poder hacer un buen proceso de luto. El llorar ayuda a reducir el estrés emocional. El dolor que nos provoca lo podemos llevar de muchas maneras: sufriéndolo, analizándolo, aprendiendo de él, aceptándolo o transformándolo. Aceptar el dolor por la pérdida nos hace crecer.
El doctor Enric Benito explicaba un proverbio Indio, dice: Los vivos cierran los ojos a los muertos y los muertos abren los ojos a los vivos. Pero hay que estar muy despierto porque los que mueren nos abren los ojos. Porque si andamos sin mirar y con miedo, no aprenderemos tanto sobre la vida».
Todos en algún momento nos preguntamos, ¿que hay después de la muerte? . Cada cual elabora lo que le es más conveniente, para poder tener una sensación de control y bienestar.
¿Cualquier momento es bueno para exonerar a las personas?. La sociedad donde vivimos, valora poco la muerte de la persona amada, a menudo no de manera suficiente. A veces nos cuesta aceptar que una persona amada pase a ocupar otro plano de nuestra vida.
Las personas que son próximas a nosotros, seguirán estando dentro de nosotros, en forma de pensamientos, sensaciones, momentos vividos… permitirnos disfrutar de estas sensaciones, de esos momentos vividos y percibidos, nos ayudará a hacer un proceso de luto mucho más amable…
Dando valor a la vida disfrutamos de todo el que tenemos al alcance, las personas, los objetos (olores, colores, texturas…), el entorno, los espacios, las actividades, lo que decimos y lo dejamos de decir.
Elisabeth Kübert hacía la comparación con el gusano de seda: «Cuando llega la muerte abandonamos el capullo de seda y somos libres como una mariposa». ( si esta frase nos sirve, ayuda en nuestro camino la podemos coger como propia)
Si buscamos ayuda cuando la necesitamos, esto no nos hace ser más débiles, incluso al contrario, nos hace ser honestos con nosotros mismos y con los demás.
Qué seria de la vida sin la muerte?
Ante una adversidad nuestras estrategias tienen que cambiar, ahora los rituales de la muerte, con la nueva situación, nos han hecho plantear otro tipo de despedidas y unos rituales diferentes… activando nuestra capacidad de resiliencia… como un proceso…
Os recomiendo escuchar el cuento » El Buscador» de Jorge Bucay.
Agradecimientos a Montse Vallès por su colaboración.



Leave A Comment