Cómo podemos ayudar en la infancia y la adolescencia a dar el paso hacia la escuela?
Después de cada verano, como todos sabemos, hay que lograr nuevos hábitos, o consolidar los hábitos adquiridos.
Antes que nada damos una oportunidad a que se sientan mirados y escuchados. Dedicamos tiempo, a acompañarlos, a pedir su opinión antes de hacer cualquier acción, preguntémosles cómo entienden la escolarización, que piensan que encontrarán, que querrían encontrar, como se sienten, que conocen de todo.
Una vez hecha esta investigación con nuestros hijos e hijas, paseando, sentados hablando…
Démosles un tiempo, un tiempo por ellas por que se sientan mirados y escuchados, y a partir de aquí actuamos, si creemos necesario, pasando al pro- activo. según las necesidades particulares.
Les gusta la idea de volver a la escuela?, no les gusta? están contentos? se dan cuenta de la situación que nos toca vivir?
Averigüemos qué información tienen.
Este contacto también nos hará ver su estado de ánimo, las sensaciones, emociones…
Últimamente están nerviosos, les cuesta dormir, comer, hacen llamadas de atención.
Prestemos atención a cómo están físicamente? Comen bien?, Se relacionan bien?, hablan de sus amigos? tienen ganas de encontrarlos?, hablan de las profesoras que se encontrarán?
Ayudémosles a recordar sus vivencias en la escuela y a imaginar el que pueden vivir.
Involucrándoles en este proceso, los hacemos dar cuenta que todos somos parte de este proceso. Los padres y madres, los niños, los adolescentes, los maestros, … y si los implicamos, los hacemos sentir partícipes.
Las madres y los padres son las personas de referencia, que los ayudaremos a tener uno apego seguro ante cualquier situación, por lo tanto este es el momento de demostrar y mostrar la seguridad y la confianza en la propuesta de iniciar el curso escolar, se hace con la mejor intención, con la intención de que tengan garantizadas sus necesidades de aprendizaje, las relaciones con los demás… Evidentemente estas relaciones cambiarán, quizás no podremos abrazar a los compañeros del mismo modo, pero habrá que potenciar la mirada, el estar, el saber ver más allá de la mascarilla. Descubrir la ilusión, la ilusión de empezar un nuevo curso de conquistar nuevos aprendizajes, de coger los libros y hojearlos, antes de iniciar el curso, de planificar y de ver que nos podemos encontrar.
Todas las protecciones que tendremos que mantener porque nuestros hijos y nuestras hijas estén en un espacio seguro no les tiene que crear inseguridad, o miedo a relacionarse con los otros, sino el contrario.
Es una mirada de respeto, de seguridad, los otros no están enfermos, no tienen porque estar enfermos, y nos podemos acercar de otro modo desde la palabra.
La distancia no es motivo para aislarnos, al contrario, hay que ver la parte positiva, podemos volver a estar juntos pero de otro modo. En este momento toca activar la capacidad de resiliencia, esta capacidad que ante una adversidad, en la que quizás nos encontramos estos días, o que nos encontraremos a partir del 14 de septiembre, esta adversidad tenemos que pensar como la superamos, como hacemos que nuestros hijos e hijas se enfrenten, de manera empoderada, en la nueva situación, evitando que esta pueda llegar a crear un trauma o una situación no querida o inesperada.
Por lo tanto hablar, escuchar, ser, mirar, formarán la base de este proceso. Desde una mirada de realidad, pero también desde una mirada positiva.
Enseñar nuestros hijos y nuestras hijas a respetar las personas que están a su lado, a respetar a los profesores y las profesoras que hacen el que podan y como podan con los recursos que tienen. Se el momento de fomentar esta actitud ante una situación escolar nueva.
Cómo utilizamos las metáforas para ayudar en esta situación?
Podemos decir que se como un examen sorprendida, que todos juntos vayamos a ver como va todo esto, saldrán preguntas que no esperamos, pero aquí estamos, a su lado, para acompañarlos, para estar, para vivir esta nueva aventura, este nuevo viaje, esta manera diferente de vivir la escuela.
Evidentemente si vemos dificultades o cosas que no pueden gestionar, o cosas que nos bloquean, o tienen miedos, o ansiedades, o inseguridades… siempre podemos recurrir a la mirada de un profesional, O en nuestra red de buenos tratos dejándonos acompañar. Cómo sabéis la resiliencia en soledad no se logra, a veces una mirada desde un otros ángulo nos puede ayudar a gestionar aquella situación no querida o no esperada.
Ahora es el momento de trabajar la cooperación entre todos, por todos se una situación nueva y todos estamos aprendiendo, y todos volemos el mejor por ellos.
Es un aprendizaje de vida, la vida se esto, ir veían el que nos lleva y resolver la manera de gestionarlo, se como ir saltando las trabas de forma realista y positiva.
Es un momento no solo para recibir, sino para recibir y dar, este equilibrio que está presente en la educación de nuestros hijos e hijas, los derechos y los deberes.
Somos parte de la historia, somos protagonistas, hagámosles tener esta mirada, ellos también están aquí, y también pueden decir, y pueden hacer, desde esta visión de héroes que se van a la escuela a adquirir nuevos retos.
Es un momento para observar los valores que tenemos en casa, como volemos nuestros hijos?, de que los queremos impregnar?, que queremos ayudarlos en su camino?…
Estas cosas que nosotros como referentes creemos importantes y que queremos que ellos valoren, siempre respetando las diferencias, ahora se el momento de fomentar los valores de respeto, de colaboración, de escucha, de equilibrio entre unos y otros. Miramos por nosotros pero miramos también por los otros, vamos equilibrando esta manera, estos valores familiares, y los valores escolares.
Ayudarlos a tener un concepto de ellos mismos, estar empoderados, hacerlos sentir seguros, tener una autoestima adecuada.
El entendimiento hacia el otro es importante, no todo el mundo verá esta situación del mismo modo , habrán personas que tendrán miradas, opiniones diferentes, hay que ser respetuosos, nosotros podemos pensar de una manera, pero tenemos que tener en cuenta que cada uno de nosotros percibe y vive esta situación quizás de manera diferente, y el respeto, el no ofender, el no invadir el espacio del otro, nos permitirá mantener nuestra área de confort.
Este acompañamiento desde la calma, sin obligar, respetando el ritmo nuestro y de los otros, entendiendo este proceso, esto nos ayudará a ver y vivir la nueva situación.
Dependerá de todos y todas que vivamos los cambios de una manera positiva. Un aprendizaje por ahora y por toda la vida, adquiriendo esta capacidad de resiliencia, la capacidad de dar un paso atrás y mirar las cosas desde la serenidad, la tranquilidad, posando creatividad, sentido del humor, observando como se van logrando este cambios.
Mirando la parte racional, sentir las emociones para pasar al pro-activo, si hace falta, de manera creativa.
Mi agradecimiento a Montse Vallès por su colaboración
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