
Es importante observar com hemos aprendido a dormir, mirando hacia el punto de partida. Cómo nos lo enseñaron, cómo nos acompañaron: desde el amor? el respeto? o todo lo contrario. Y cómo nos acompañamos ahora: lo hacemos desde el mismo punto de partida?
Mirar hacia atrás no significa juzgar, simplemente es mirar y analizar. El sueño es como un reto: hay personas a quienes les sale de forma innata o lo han aprendido desde la infancia y otras que necesitan un entrenamiento y/o adquisición de nuevas estrategias. Algunas veces no tenemos acceso a este recuerdo, porque hay traumas no resueltos, situaciones traumáticas que nos bloquean el acceso a esta información.
Para poder responder a la pregunta de hoy, deberíamos definir cuáles son nuestros baremos. Hay personas que creen que con pocas horas tienen suficiente y otras creen que necesitan más. Los estudios demuestran que menos de 6 horas no es suficiente y más de 10 es excesivo. También debe tenerse en cuenta la edad, en la vejez el sueño ya no es tan contínuo y podemos ir haciendo pequeños sueños durante el dia que pueden ser tanto o más reparadores.
Debemos valorar si dormimos bien o no, analizando tanto la cantidad como la calidad, ya que las dos son importantes. En definitiva, estamos hablando de hacer una mirada más profunda respecto al sueño, teniendo en cuenta diferentes ángulos.
Entendemos cómo funcionan las fases de nuestro sueño? Por qué es importante dormir? Qué reparamos? Soñamos siempre?
Bajamos los niveles de estrés, limpiamos el hígado, bajamos la presión arterial; un sueño reparador pasa por las 5 fases: las 4 primeras de no REM i la quinta de REM. Mientras dormimos podemos tener diferentes ciclos de sueño.
Hay muchas técnicas que nos hablan sobre cómo conseguir una buena higiene del sueño: los hábitos antes, durante y después. Bajar el ritmo de vida para poder parar máquinas y dejar que nuestro cuerpo repare todo aquello que ha pasado durante el dia, desde la tranquilidad, desde el sentir que todo está bien, desde el parasimpático.
Dormir bien nos ayuda a recuperar y adquirir nuevas conexiones cerebrales, sienta aprendizajes, ayuda a la memoria, evita enfermedades. Es importante enseñar a los pequeños a adquirir el sueño desde la amabilidad, desde el acompañamiento, desde el sistema parasimpático, no desde el miedo, la soledad o la tristeza.
A lo largo de la vida, si vamos introduciendo estrategias, no desde la urgencia sinó desde el placer de aprender, podremos adquirir técnicas para conseguir un sueño de calidad: meditación, mentalización, introducción de la primera parte del EMDR, técnica del 4/7/8, introducción de algunos rituales, buscar un entorno seguro y adecuado (quizás orientado desde el Feng Shui).
Así pues, desde mi punto de vista, debemos cuidar esta necesidad básica y, si hay dificultades, antes que nada mirar si hay algún trauma no resuelto vinculado con este aprendizaje.
https://youtu.be/EUAojVmmh14?si=DVLc-tcb73Ddo8bY
Podreis seguir el programa, en directo y en diferido, a través del siguiente (podcast)



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