Hace 3 años empecé a participar en el programa de radio El Punt de l’interrogant, primero como tertuliana y luego como guionista.
Me gusta participar en este programa, tanto a la hora de elaborar el guión como a la hora de formar parte del grupo de debates sobre temas donde tenemos diferentes miradas y donde me enriquezco aprendiendo y compartiendo conocimientos y experiencias vitales. Al final del post podéis escuchar el programa con el tertulianos Rosa Puertas, Anna Forés, Jordi Mora, Imma Lisondo y Francisco Coll y guión de Fina Trullàs
La nueva felicidad se llama resiliencia?
Ser resiliente te habilita para disfrutar de la felicidad. La felicidad no es lo que nos pasa sino qué percepción e interpretación le damos a todo lo que hacemos.
La resiliencia nos hace tener una mirada positiva que nos permite vivir la vida con serenidad, es una actitud que nos hace capaces de percibir las adversidades como oportunidades, nos hace capaces de parar y dar un paso atrás para ver la situación desde un estado de calma. Esta actitud atrae a las otras personas y nunca se hace en solitario.
Cuando los otros creen en mí, cuando puedo mostrar mis fortalezas, cuando aporto valor al grupo, cuando tengo un sueño que cumplir: soy feliz.
Nosotros podemos cambiar nuestra actitud, si activamos nuestra resiliencia cambiamos nuestra epigenética, es decir, nuestra manera de afrontar las adversidades. Esta actitud ayuda a alargar los telómeros que se encuentran al final de cada filamento de ADN que son los causantes de que nuestra vida sea más longeva.
Si entrenamos afrontando las situaciones del día a día con una mirada positiva, estamos cambiando el sentido que damos a la vida, Si dejamos de enfadarnos, dejamos el resentimiento, la rabia, la queja y practicamos la actitud positiva, celebrando cada adversidad vencida, agradeciendo la vida, mostrando a los que nos rodean con estimación; estamos gestionando las emociones que nos aportan felicidad.
A diferencia del bienestar, la felicidad llena el corazón de ilusión, nos hace capaces de encontrar el diamante que tenemos dentro de nosotros, nos hace capaces de reconocer nuestros valores, nuestras creencias, de valorar los recuerdos positivos, de darles nos sentido de pertenencia …
La hormona de la felicidad, dopamina y serotonina.
Con la actitud resiliente estamos ejercitado la ubuntu (una regla ética sudafricana enfocada en la lealtad de las personas y las relaciones entre ellas). Desmond Tutu decía: «una persona con ubuntu es abierta y está disponible para las otras, da apoyo a las demás, no se siente amenazada cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está segura de sí misma ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas somos humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturadas u oprimidas »
La actitud resiliente no existe en soledad necesita de la red de buenos tratos, cuidarnos y cuidar de los demás, amar y sentirnos amados, dar y recibir …
¿Qué nos ayudará?
• Valorar lo que tenemos, objetivos grandes, acciones pequeñas.
• Ejercer la voluntad para llevar a cabo nuestros objetivos.
• Posponer el deseo de recompensa.
• Ser asertivos, auténticos, buscamos el equilibrio entre nosotros y los otros.
• Desarrollar la inteligencia emocional, empatizar y entender las emociones propias.
La felicidad se aprende siendo tu mismo, amando lo que te rodea, agradeciendo lo que aprendes cada día,
así transformamos nuestro sentir, nuestra mente.
Debemos aprender a mirar con ojos de buenos tratos, con mirada positiva, si queremos ser cada vez más resilientes y transformar nuestra epigenética individual e influenciar nuestro entorno.
Mi agradecimiento a Motse Vallès por su colaboración
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